Laika (en ruso: “Ladrador” o "que ladra"), se llamaba en realidad Kudryavka (en ruso: “Rizadita”)1. El término Laika designa a varias razas de perro utilizados para la caza.
Laika, como se la conoce popularmente, al menos sí era rusa: una perra callejera de Moscú, que, tras pasar un entrenamiento, fue escogida (al parecer por su buen temperamento) entre otros diez candidatos para ser el primer ser vivo terrícola enviado al espacio.
La nave en la que viajaba se denominaba Sputnik II, y fue lanzada en Noviembre de 19572. El animal se encontraba en un habitáculo acolchado3, sujeto con un arnés. Disponía de un sistema regenerador de aire, y el agua y los alimentos se le proveían en forma gelatinosa4. Se controlaban sus constantes vitales mediante unos electrodos5. Se le ajustó también, para no manchar la cabina, un corsé especial que contenía un receptáculo para almacenar tanto la orina como las deposiciones.
Al parecer, la historia que cuenta que se había planeado sacrificar al animal mediante comida envenenada (ya que el satélite no estaba preparado para el regreso de forma segura, y se sabía que no sobreviviría a la reentrada en la atmósfera), no es cierta: de ello informó un periódico italiano, que después se retractó de lo escrito. No hay evidencias de que tal cosa se hubiese planeado nunca en el sistema de soporte vital.
En 2002 se reveló que el animal probablemente murió unas seis horas después del lanzamiento, debido al sobrecalentamiento (por un fallo en el sistema de control térmico) y al estrés. El sistema de telemetría biomédica falló tras la cuarta órbita (entre 5 y 7 horas tras el lanzamiento), por lo que no se supo nada más del estado de salud de Laika, pero las simulaciones que se realizaron posteriormente sugirieron que pudo fallecer tras la tercera o cuarta órbita.
Tras la misión Sputnik II, no se realizó ninguna otra misión con tripulantes perrunos sin sistema de retorno seguro.
Notas:
1. Después se le llamó Zhuchka (bichito), y luego Limonchik (limoncito).
2. El mes anterior había sido lanzada con éxito la Sputnik I, el primer satélite artificial de la historia.
3. La cabina era de aluminio, totalmente hermética, de 0,8 m de largo y 0,64 m de diámetro.
4. Se adaptó un cinturón de munición de ametralladora para llevar porciones de alimento (20 en total). Cada una contenía la ración diaria recomendada, y serían liberadas a intervalos regulares. Estaban compuestas, entre otras cosas, por agua, agar agar, pan y carne en polvo.
5. Se le implantaron electrodos en el pecho para medir el ritmo cardíaco. Un medidor de presión sanguínea rodeaba su arteria carótida. Y la respiración se controlaba mediante un cinturón colocado alrededor del pecho.
6. Se afirmó que la perra volvería en perfectas condiciones, y aterrizaría en paracaídas. Muchas personas estuvieron pendientes del regreso de Laika. Esto propició la denominada “psicosis de perras voladoras”, y se aprovechó para gastar bromas. En Santiago de Chile, en una zona suburbana, conocida como "Gran Avenida", vieron descender en paracaídas a un can que identificaron de inmediato con Laika, pero poco después de que el animal aterrizase se comprobó que era perro y no perra, y que todo había sido un montaje de un bromista.
7. Antes de esta misión ya se habían enviado animales en vuelos suborbitales. Los primeros, Dezik y Tsygan, en 1951, empleando un cohete R1A.
8. El quinto satélite soviético, el Korabl Sputnik 2, transportó a Belka y Strelka, devolviéndolas sanas y salvas a la Tierra.
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