La abubilla (Upupa Epops), tiene tanto el nombre común como el científico onomatopéyicos, provenientes de su canto (bup-bup-bup, o up-up-up).
Su vuelo es irregular, ondulante, como el de una mariposa. Su cresta, se despliega en forma de abanico al posarse, en el cortejo, y en situaciones de alarma. Su largo pico le sirve para desenterrar insectos y larvas del suelo; se alimenta también de saltamontes, hormigas, grillos, orugas, lombrices, caracoles, arañas...
Las hembras que anidan y los ejemplares jóvenes, son capaces de “disparar” a un intruso un chorro de líquido oleoso pestilente que produce en una glándula (la uropigial) situada en la base de la cola.
En ocasiones el nido puede ser localizado por el fétido olor que despide. En La Mancha se le llama “cuquillo”, y simboliza el mal olor, siendo una expresión común de los pueblos de la zona la de “hueles a cuquillo”, lo que significa que habría que acudir de manera urgente a la ducha para evitar conflictos familiares o vecinales.
Por cierto, que hablando de duchas, la abubilla suele bañarse en la arena, pero nunca en el agua. Y cuando se alimenta de forma natural no necesita beber agua.
Existen numerosas creencias relacionadas con la abubilla (como que anuncian la llegada de la primavera, o que señalan la presencia de agua subterránea en zonas desérticas), atribuyéndosele también propiedades medicinales, mediante la aplicación de partes de su cuerpo4. En un Grimorio atribuido a Alberto Magno, se dice que si se echa un poco de centaura en el aceite de una lámpara con sangre de abubilla, se contemplarán alucinaciones terroríficas. Y al parecer, Pitágoras también afirmaba que untarse con la sangre de esta ave causaba “sueños endiablados”. Agripa escribía que se puede hacer un colirio con sangre de murciélago, abubilla y chivo que hace ver sombras de demonios (¿cómo se les ocurría echarse esas cosas en los ojos? ¿o tenían quizá “voluntarios” para tales menesteres?).
Notas:
1. Se consideraban sagradas en el antiguo Egipto. Y un símbolo de virtud en Persia.
2. En la Biblia, figuraban entre los animales que son detestables y no se deben comer.
3. En algunos países europeos (Escandinavia, Estonia) son considerados pájaros de mal agüero, precursores de guerras o presagiando muerte.
4. Se decía que las plumas aplicadas sobre la cabeza mitigaban los dolores de la misma, la lengua ayudaba a la memoria, del corazón huían las hormigas, y del humo de las plumas quemadas, huían y morían los mosquitos (esto último merece una comprobación científica; a ver si encuentro un par de plumas de abubilla y realizo la prueba).
5. Pueden vivir hasta 5 años.
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